Ayer, imagínate, mis lágrimas rodando, deseando que seamos amantes, y no dos amigos errantes, dulce anhelo eres, has de parecer mi amor eterno. Dulce eternidad, que más he de pensar, si quiero probar, a tu lado quiero estar.
Y llego HOY, de pensarlo parece una fantasía, que nos transporta a una utopía, esperanzas de seguir, y vuelven los deseos de vivir. Y es tu belleza, tu dulzura, tu locura, lo que me hace no tenerle miedo ni a la muerte, lo que me conduce hacia una meta, lo que me vence tal vez sin ser más fuerte. Debo decirlo, colmando todos mis deseos y expectativas, que lindo es amar y ser amado, en esta tarde de verano.
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