jueves, 20 de noviembre de 2008

Me nacen los deseos de olvidar, si éramos dos almas ajenas, tratando de encajar. Acostumbrado, como si fueras alegría, hoy solo tengo tu falsía, y en trozos diminutos te llevaste mi vida, y ya estás tan perdida. Ya río, pensar que podría ser más fuerte tu forma de amar, alma pura y gentil que solo quería fantasear, y logrando tu jugar. Quizás error mío haya sido, he de amar un poco más, y ahora estás en tu falso altar.
Mi casa, ya cansada te extraña entre mis sabanas, preguntan si luego del castigo, has de volver conmigo, y quien callará más alguien quiere preguntar, si se ha de notar, que te he de extrañar, si nadie te ha querido tanto. Si, moriré contigo, ahogado en mi llanto, por ti mujer perdida, por ti ofrecería mi vida.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Día igual a todos, encerrado en noches eternas, con sonrisas apagadas, y almas desaparecidas. Día en que se la vida se apaga, y las lagrimas se acaban, y aparece el brillo asesino que me ha de devorar. Y ellos a mi alrededor, clima frió y abrumador. Ojos que me han de analizar, cuando he de descansar, y los veo con rencor, enemigos, sin cuerpos de pánico, celosos de las riquezas que me han brindado. Y a lo lejos, ese niño que entre sombras se quiere mostrar, uñas mordidas por el céfiro, un ente que nadie cree mirar, y que todos han de ignorar. Te miré, y escapaste entre sombras, aunque tal vez mañana lo vuelva a intentar y quedaras. La gente me dice, que los deje descansar, que no han de molestar, y no se moverán. Si claramente aquí en la tierra han de estar, y cosas raras han de pasar, sentimientos difíciles de explicar, y cuando mi hora allá de llegar, no pido vivir acá, vagando sin descansar. Quiero respuestas, por eso no me suele importar, el hecho de dejarlos descansar, quiero saber que han de mirar.


Llueve, la tristeza inunda estas letras, y me salpican recuerdos, y en un suspiro ineludible, anhelo nuestros encuentros, como detrás del olvido, dejaba acariciarme por tus mentiras. Tal vez no llueve, y son mis lágrimas, y noto que al intentar a la fuerza olvidarte, solo me he ido contigo. Tranquilo, corazón, que con la lluvia, los pájaros cantan, y los muchachos a tu alrededor, no han de ver tu dolor.



Rodeado, buscando una calma inexistente. Ansías sentimientos, para tu piel una caricia, sueñas que alguien comprenda tus interiores. En las noches más dolientes lloras de pena, y la soledad viene a recogerte, caducan tus recuerdos con las lágrimas, paseas con ella por el parque, de tu extraño pasado, reflejos de una vida ya marchita. Ya viene a recogerte, pero ya no estas aquí, has escapado.



Y un muchacho, ya sin relatos, desesperado un poco, desequilibrado sería poco. Yo se queridos, que se deben extrañar de mis caras de lunes a diario, yo lo sé, esconden las miradas bajo la cama para no ver, yo se que algunas veces les debe doler, por que a mi el alma me ha de doler. Yo sé también que a veces se compadecen y me han de querer, sin saber por que. 


lunes, 3 de noviembre de 2008

Y una mañana gris, con sabor a desgracia parpadea en su sien, arañando su ruido fermentado sin más opción que la inmortalidad. Imperfecto, aún más que nosotros, y tardío, ya asustado por el cambio que le fue concedido, le duele su prisa, sin canas que arrancar, se siente muy enervado. Y nadie parece dejar de acusarlo.
Bello, y esclavo de la belleza fue,  por expresar colores todo perdió. Por emitir sensaciones, yace solo en un lecho de fuego llorando hielo, unos ojos tristes, ya negros, lo expulsaron del cielo. Pues todo esto, verdad es. Pero solo míralo con perdón, aquí nadie quiere tu horror

domingo, 2 de noviembre de 2008

Y sin embargo, no lo logre, había decidido disolverse en la soledad y el silencio, algo así como dejarse caer. Sin alcanzarla rogué por que invada mi cuerpo, con puñaladas de fuego, y ante el desgarro inocente del sentido y sosiego, y esas caricias que envenenan mi silencio, exigí que sienta. Que sienta como la quiero