Me nacen los deseos de olvidar, si éramos dos almas ajenas, tratando de encajar. Acostumbrado, como si fueras alegría, hoy solo tengo tu falsía, y en trozos diminutos te llevaste mi vida, y ya estás tan perdida. Ya río, pensar que podría ser más fuerte tu forma de amar, alma pura y gentil que solo quería fantasear, y logrando tu jugar. Quizás error mío haya sido, he de amar un poco más, y ahora estás en tu falso altar.
Mi casa, ya cansada te extraña entre mis sabanas, preguntan si luego del castigo, has de volver conmigo, y quien callará más alguien quiere preguntar, si se ha de notar, que te he de extrañar, si nadie te ha querido tanto. Si, moriré contigo, ahogado en mi llanto, por ti mujer perdida, por ti ofrecería mi vida.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario