lunes, 2 de marzo de 2009

Y aquí queda tu perfume recordando tu espíritu. Siento tu respiración tan cerca de mí, donde en mis manos encontré las tuyas acompañando con locura, y ya carente de palpitación me encuentro, si el amor me ha vuelto débil frente a ti. Anhelo acariciarte, calida y tiernamente como el humo de incienso, y poco a poco envolverte suavemente, traslucida semitransparencia, y así se entrega mi deleite, sutil baile que anima al éter.
Y en este mundo de sueños, aparecen los demás, aunque de momentos, no hace falta nadie más, con un vos y yo, nos sabemos conformar. Y no quiero despertar, si me llegas a faltar, no queda nada para continuar.

No hay comentarios: